La inspiración de nuestra joyería

Es una comunidad con denominación de origen de nuestro país donde su tarjeta de presentación al mundo es, sin duda, la “cajita de Olinalá”, anteriormente no había cajas, sino que trabajaban en guajes que ellos le nombraban bules los cuales ocupaban para tortillas para regalar a otros centros ceremoniales más grandes utilizando las mismas técnicas que aprendieron de sus ancestros. Cada pieza tiene un largo y meticuloso proceso, que contempla hasta 29 pasos de grabado, pintura y aplicación de laqueado. Se trabaja con la madera aromática del árbol linaloe, del cual se desprenden múltiples figuras y objetos, algunos sólo decorativos y otros con un sentido más utilitario como son bandejas, paneras, fruteros, alhajeros, biombos y baúles.

En el municipio de Tepecoacuilco, los artesanos pintan en papel amate y en una diversidad de objetos, como platos, tazas, jarros, botellas, cráneos, alcancías y portaretratos, etc. Y la técnica que utilizan es arte popular, con la que plasman las costumbres y tradiciones de los pueblos indígenas de México y Guerrero, así como los festejos, jaripeos, bodas y danzas de su comunidad, peces, aves y flores.